"La precisión del Doctor Ritmo: entre maderas y distorsiones" - Entrevista a Luis Gonzales

                                                                                                                                
    por Carlos Cubas. 

Carlos: ¿Cuéntanos un poco sobre tú pasión por la guitarra? 
Luis: Mi paso por las guitarras nace desde el mundo underground, del rock limeño. Ese rock sin mucho apoyo, ese rock que sale solo, ese rock que es de corazón, de pasión, de cuando se juntan la banda, la crew que los sigue y van a conciertos, yo vengo de ahí, un poco olvidado, por así decirlo. Recuerdo que empecé a tocar desde el 2000 hasta el 2021 sin parar, siempre enfocándome a ser un músico versátil. Creo que todos buscamos esa versatilidad desde que tenemos una guitarra y queremos que esa guitarra suene a todo para hacer de todo, desde metal hasta rock, buscando en los pedales mi propio sonido. He estado en muchas bandas explorando el punk, el rock, el ska, el reggae, el hardcore, géneros donde sí me he estado moviendo estos últimos años, como el metal también. 
Definitivamente antes, en la época que tocaba con más bandas, estaba en búsqueda de eso, de mejorar siempre mi sonido. Me compré mi primera guitarra que me valió como 400 soles, eso fue cuando tuve 20 años. Antes tenía la clásica de patas que me prestaban la guitarra, y siempre era medio raro tocar la guitarra de alguien más con distintas configuraciones o distintas cosas que a veces uno no sabe. Cuando empecé esto, tuve una primera guitarra y le quería sacar el jugo al máximo, pero me di cuenta que habían límites, estaba el tema de la madera, la construcción, las pastillas o de la electrónica, había toda una serie de cosas que saber. 

Carlos: ¿Cómo te diste cuenta que había un límite? 
Luis: Siempre he estado bien familiarizado o acostumbrado a escuchar música de afuera, antes del 2000, en "mi juventud", nunca escuchaba música local, sé que había "chiquipunk", que había un poco de metal, había un poco de cosas en Lima, pero yo no me hallaba con ese tipo de música porque siempre escuchaba una emisora que ya dejó de existir llamada doble 9, así que en mi juventud crecí con esa radio escuchando música de afuera, con bandas importantes, como Metállica, Ozzy o punk, también escuchaba Nofx, Slipknot; muchas bandas que finales del 90, 2000, estaban en la flor de su apogeo musical. 

Carlos: ¿Investigabas la parte técnica de las bandas que escuchabas? ¿Consultabas webs? 
Luis: No tanto como páginas web, pero sí en sonido. Escuchaba bandas de acá, contra bandas de otros países, y como guitarrista buscaba ese sonido característico de una distorsión americana. Me veía que no llegaba, a ese sonido, a esa ricura, entonces ahí comenzó mi viaje como músico, en empeñarme a tener un buen instrumento o un instrumento que pueda tunear al máximo con mi sonido. 

Carlos: ¿Se podría decir que esa curiosidad da origen al "Doctor Ritmo"? 
Luis: Sí, definitivamente. 

Carlos: ¿Por qué él nombre "Doctor Ritmo"? 
Luis: Bueno, doctor ritmo nace cuando estuve tocando con un amigo muy querido, en un proyecto donde fusionábamos el rock con la música peruana, tocábamos gratis en la Plaza de Armas, en la Plaza San Martín, y hacíamos que la gente descubra su propio talento, interactuando con muchas de las cosas e instrumentos que llevábamos a las plazas. 

Carlos: ¿Sacaban permiso para tocar ahí? 
Luis: No, siempre era un tema, los municipales venían y nos botaban, nosotros: "oye hermano...", y la gente misma decía: "oye, si no están haciendo nada, están haciendo solamente música". Con el tiempo, implementamos a alguien que hacía arte, diseños en papelógrafos, se hizo una comunidad muy bonita; y bueno, yo era parte de esa banda, que no era solamente yo y mi partner, la banda eran todos, todos lo que se unían, había gente que salía de la oficina a cantar y no sabía que cantaban muy bien, había gente que salía a tocar y no sabían que tenían ese ritmo. Entonces, éramos solamente yo y mi compañero; yo tenía que encargarme de la parte del sonido, los beats. Hacer lo que seis músicos deberían hacer en escena, los hacíamos nosotros dos. Teníamos unos ensayos con mi partner y la mezclábamos en vivo. Un poco complicado, mandábamos samples, con lo poco que teníamos, teníamos baterías que le alimentábamos a los amplificadores para poder hacer ese pequeño show en las calles. 
Después, se nos ocurrió hacer una gira por todos los bares de Centro y Lima, de Quilca y de la Plaza San Martín especialmente. Y ahí nace “Doctor Ritmo” en uno de esos eventos, como tenía varias cosas que cargar, me compré una maleta y esa maleta era de un doctor, pero como era grande, entraban mis cables, mis samples, entraban todas mis cosas. Y un día que estuvimos tocando, me instalé, y yo tenía una drum machine que justamente decía "máquina de ritmos", como iba con esta maleta grande a las presentaciones, me alucinaron, se acercaron y me dijeron: "Qué bravazo, ¿haces todo esto la vez?". Y yo le decía "sí", armaba las cosas y me veían sorprendidos, y un pata preguntó: "¿eres doctor?", - "no, no, nada que ver” respondí. El pata mirando la maleta pronunció: "eres el Doctor del Ritmo" y de ahí quedó sólo "Doctor Ritmo". Lo que pasa también, es que luego de estar con mis samples y todo, me metía a tocar cajón y de ahí de pronto guitarra, luego otro instrumento y muchas cosas que hacíamos con mi pata, muchas cosas que ya estaban preparadas obviamente, porque ya había pasado por todo ese tema de banda, de tocar y eso. Entonces ahí nace Doctor Ritmo, en las calles, en la música, en el jolgorio de la gente. 

Carlos: Me contabas un poco sobre tu maleta, ¿Cómo empezaste a adquirir tus primeras herramientas? ¿Cuál es la herramienta esencial que siempre te acompaña en tus trabajos? 
Luis: Bueno, en Guitar Tech, sí es algo más técnico, cuando pasó esto antes de la pandemia, mandaba arreglar mis guitarras en Lima a ciertos Luthiers que tenían prestigio, realmente, lo de Guitar Tech o Luthería en Lima no era algo común antes. Desde hace tres o cuatro años, como que cada distrito tiene diez técnicos, pero antes era para todo Lima, tres o cuatro técnicos. 

Carlos: ¿Un mercado en expansión? 
Luis: En estos últimos años sí, en cierta manera también se está desvalorando un poco el trabajo de Luthería. Cuando entre a esto, en la necesidad de reparar mis guitarras, yo siempre tenía tres o cuatro guitarras, siempre me ha gustado tener muchas guitarras para poder combinar estos sonidos que buscaba. Tenía que llevarlos a los Luthiers, imagínate llevando dos, tres guitarras a la vez, y por ahí alguna la agregaba y otra la tuneaba, entonces me salía carísimo, por eso, tenía que hacer algo para subsanar un poco mis gastos. Descubrí el tema de la electrónica, soy muy autodidacta, no lo puedo negar, aprendo viendo muchas cosas pero llegó un tiempo que tuvo un límite, un techo. 
Después de eso, tuve la oportunidad con la ayuda de mi familia, de irme a España y entrar a una Escuela de Luthería. Estuve cuatro meses en esa Escuela donde tu armabas tu propia guitarra eléctrica y acústico. Fue un gran sacrificio porque como en todas las familias, creo que todos nos sentimos identificados, no aceptan al "hijo músico" o al "papá músico". Es algo donde tuve que luchar mucho, luchar mucho para que mi madre me pueda aceptar como lo que realmente ahora soy; siempre tuve mi negocio, siempre tuve mi trabajo, siempre he sido independiente, pero no lograba hacer ese match de dinero y música, porque ya sabes, todos los músicos tienen hijos, creo que muchos, entonces siempre está el tema, “es mi familia, mi hijo, o es la música”. Entonces siempre ha sido una lucha constante hasta donde puedas concretar la idea. Entonces sí, yo creo que es una necesidad estudiar clases de Lutería. 

Carlos: ¿Hablabas con tu familia desde España? 
Luis: Sí, hablaba poco con mi papá, con mis hermanos, con mi mamá, yo estaba enfocado lo que quería hacer. Después de ese curso llegué a Perú y me di cuenta lo que realmente quería el resto de mis días. No era para mí algún juego, sabía que el camino iba a ser duro. Bueno, después fui comprando herramientas chinas, en el camino me daba cuenta de que no podía lograr la perfección. Yo creo que tengo ese defecto, soy una persona muy detallista y perfeccionista con muchas cosas que hago, sobre todo con la Luthería que es mi pasión, entonces empezaba a adquirir algunas herramientas para poder llegar a un mejor nivel, por la parte técnica de la guitarra y otra parte que es el sonido, que también es muy importante. 
Carlos: ¿También tienes que aplicar un poco de ingeniería electrónica en todo esto? 
Luis: Sí, conceptos. Entonces, en internet empecé a buscar gente y en la pandemia descubrí a un Luthier argentino muy conocido, llevé estos cursos online, de unos tres meses donde me enseñaron cosas básicas y cosas más técnicas. Definitivamente, (la electrónica) no es que sea más que el tema de arreglar guitarras (luthier), pero van de la mano. Los dos temas se mezclan para hacer grandes cosas. Así comenzó mi viaje y estuve en Lima, haciendo eso unos tres, cuatro años, muy caleta, para algunos amigos músicos que tenía muchos, y ellos tenían guitarras desastrosas, como todos creo, empecé arreglar sus guitarras y darme cuenta de que sí tenía esa habilidad, por así decirlo, ese don. Después en Lima era un poco caótico, con varias bandas tocando, con mi negocio y querer o no querer hacer algo realmente. También estaba la otra parte, que decían: "eso nunca te va a dar de comer”, “eso nunca te va a dar algo para vivir”, “cómo tus hijos van a sobrevivir con eso". Muchas cosas (críticas) que todos nosotros sabemos, pero que para todo tipo de cosas que vas a hacer en la vida, si tú no apuestas por tí mismo estás frito. Uno tiene siempre que apostar por sí mismo en lo que va a ser, en su objetivo principal, cuando tú estás enfocado en eso, no hay nada que te vaya a detener. Mil personas te pueden decir que "no", pero no es nadar contra la corriente, simplemente es confiar en tí mismo y lograrlo. Ya me he retirado un poco ciertamente de la música, por estar sumergido totalmente en la Lutería. 

Carlos: Lo lograste, la marca se ha vuelto reconocida entre los músicos y guitarristas de Chiclayo, siempre están constantemente mencionándote y acudiendo a tus servicios. ¿cuántos años tienes el negocio entonces? 
Luis: Yo acá en el norte tengo ya prácticamente cuatro años. 

Carlos: Es bastante tiempo
Luis: Sí, relativamente. 

Carlos: ¿Cuál ha sido el trabajo más desafiante que te ha marcado en estos 4 años?
Luis: Definitivamente creo que todas las guitarras que me han llegado acá. Cuando hay ciertos trabajos técnicos, es un desafío constante. En esta profesión nunca terminas de aprender, tienes que ser muy responsable y cuidadosos con lo que haces, porque ya no hay retroceso, sobre todo en los instrumentos acústicos, eso es de cajón. Te equivocas algo en un instrumento acústico y no hay retroceso, tienes que hacer muchas cosas como para poder arreglarla y no queda bien. Entonces, he tenido en estos tres años que estoy aquí en Chiclayo, pero cuatro años que estoy en el norte, un promedio de 400 o 500 servicios, entre muchos otros que ofrezco. 
Creo que uno de los casos, que me dejó muchos días despierto y una experiencia muy grande, donde tuve que consultar a mi Luthier de cabecera, fue un bajo de seis cuerdas Ibanez inmenso. Una bestia, las primeras cuatro cuerdas con trastes y las dos últimas fretless. O sea, era un bajo que tenía fretless y a la vez trastes, era muy raro, era un Ibanez japonés, serie Achula. Entonces, en este bajo el mástil era muy ancho y solamente los trates llegaban hasta de la sexta a la tercera cuerda y en las dos primeras no había nada. Entonces, tenía esa dualidad. El cliente viene y me dice:"¡oh, te he visto por las redes! Mira, acá está mi bajo. Quiero que les saques y le pongas trastes a todo el diapasón. No lo quiero que sea fredles" Y yo le digo: "¡oh, ¿ya está seguro?", porque esto es algo que podría "perjudicar" el instrumento, que no está diseñado para eso. El cliente insistió. Lo convertí, lo hice. Es muy difícil hacer entrastar un bajo de seis cuerdas porque el mástil es demasiado grueso. Lo hice, quedó chévere, el cliente lo recoge, lo toca y a los dos días me llama y diciendo que el trabajo es excelente, pero no le gusta cómo suenan las dos primeras que eran para fretless. Yo le digo, claro, están destinadas para hacer fretless, no están destinados para tener trastes, pero él quería regresarlo como estaba. Entonces, eso fue para mí algo anecdótico porque en un momento pensé que podría estar al nivel de un Luthier japonés, sé que los americanos y los japoneses son muy top. Yo no considero que sea top, pero sí sé lo que estoy haciendo en mi trabajo, pero ese ya era un trabajo muy significativo. 



Carlos: Al cliente le ganó la curiosidad y tú también tienes que estar muy pendiente de transmitirle antes al cliente todos los riesgos, eres una especie de vidente.
Luis: Claro, una especie de vidente porque se lo mencioné, que el bajo está diseñado para esto no lo puedes cambiar, pero bueno, acepté el reto y era una cuestión de poner trastes a la mitad del diapasón para que quede todo perfecto. La cosa que me demoré muchas noches, como una semana y asesorándome bien. Después que lo terminé, el resultado fue increíble. A veces yo también digo “¿cómo pude llegar a este límite?”, digamos que superé los límites de mi propio conocimiento. Quedó perfecto. Eso fue hace como dos años, el cliente quedó súper contento, siempre me recomienda, la sensación que tuvo era mejor que cuando estaba nuevo el bajo, eso me decía el cliente, "suena mejor, lo siento mejor todavía". Entonces eso fue una retribución muy significativa para mí, y en ese momento expandí más servicios, porque hasta ese momento solamente hacía calibraciones y algunas modificaciones. Pero después empecé a hacer cambio de trastes. 

Carlos: Fue tu prueba de fuego. 
Luis: Sí, fue una pero muy dura. Después obviamente con el tiempo me he ido implementando con herramientas. Los líderes mundiales en herramientas son Stewmac, son americanos. Son carísimas las herramientas para Luthería, por eso creo que todos no se animan a comprar estas herramientas. No podría decirte "con estas vas a poder hacer el trabajo y con estas no", en realidad todo depende de la habilidad y de la visión que uno tenga. Pero si quieres especializarte, si necesitas este tipo de herramientas, porque son muy exactas, todo en milímetros, milésimas. Entonces la precisión es algo que cuesta
Yo podría arreglarte algo a medias y decirte "acá está", y tú podrías quedar insatisfecho con el resultado, pero al final es la mano, y yo tengo las cosas que trabajan perfectas, obteniendo un resultado como si fuera para mí. Entonces es el resultado de todo este viaje, sigo aprendiendo cada vez más, pero ahora ya experimentando en otros campos, como querer hacer guitarras con más tecnicismo, con miras para poder hacer nuevas cosas. 

Carlos: ¿Qué tan conectados están los técnicos y con los músicos locales? ¿Sientes que se valora o se desprecia el trabajo artesanal en Chiclayo?, ¿Cuánto interés ves en los músicos por el cuidado de su instrumento? 
Luis: Creo, más que interés, es una falta de información. Ni en Lima el 80%, 90% de músicos está consciente de ello, solamente un 20%, un 30% nada más, como todos, queremos comprarnos una guitarra y queremos que esté bien hasta el punto de que se malogre. Acá en la escena local, en estos servicios que he hecho, si hay mucho descuido, pero sobre todo muy poco conocimiento de este oficio (la Lutería). No solamente es limpiar una guitarra y cambiar cuerdas, la experiencia que les doy a todos los músicos que han venido acá es única, desde el punto que pueden sentirse bien y pueden sentir bien la conexión con su instrumento, hasta el punto de entender que un instrumento debe tener un cuidado periódico. 
No todos tienen ese concepto, algunos músicos piensan que tengo que calibrar una o dos veces al año, y no saben que sus instrumentos se deterioran más. Entonces a veces cuando llegan al taller esas guitarras hay muchas cosas por hacerles, nivelación o hasta cambio de trastes, puentes, clavijeros, porque ya están demasiado deteriorados, porque no han tenido un mantenimiento regular. 
Recién hace un año, estoy sintiendo la conexión de los músicos con los técnicos o los Luthieres. Ya están enterados de que un instrumento bien calibrado y seteado te deja fluir. Hay algunos que todavía no lo saben. 
Y también es un tema de saber que la parte eléctrica o electrónica es un 70% o a veces un 80% del sonido de tu instrumento. Acá, algo que nos caracteriza, es que damos la información completa al músico, desde que entra al taller le mencionamos que es lo que deben hacer y no deben de hacer, y que es lo que deben identificar para tener un instrumento en óptimas condiciones; eso es lo significativo y eso está llevando al músico local a que entienda un poco más y conozca su instrumento, porque finalmente el instrumento es la conexión que hay entre tu alma y los que te escuchan, o para tí mismo es cuando fluyes. Por ejemplo, si tienes una guitarra con las cuerdas muy altas sientes que te atascas y no te deja fluir, te aburres, algunos se frustran y piensan que la guitarra no es lo suyo. 

Carlos: Se bloquean. 
Luis: Sí, y ya no quieren hacer nada, se aburren. Entonces, esa es la misión principal por la que vine y me posicioné acá en Chiclayo, por esa falta de información del músico, lo vi primero desde esa afuera y pensé que es un buen nicho como para comenzar a hacer algo importante, no como negocio, no como arreglar una guitarra y nada más, esto es más, es un asesoramiento integral, siempre lo digo, para el músico y para que aprenda exactamente a dónde mirar, a dónde quiere llegar sobre todo. 

Carlos: Se inicia la conexión del músico con la parte técnica, entonces ¿hablamos de un crecimiento musical? 
Luis: Sí, podría ser un crecimiento, porque imagínate si tengo 500 servicios, son 500 músicos que han experimentado esta experiencia de tener su instrumento bien calibrado. Claro que del 100% sólo un 30% eso, contra un 70% que me trae su guitarra después de 6, 8 o 9 meses, esos son desastres. 

Carlos: No eres el único técnico acá en Chiclayo tampoco ¿eso puede afectar a Doctor Ritmo?
Luis: Sí, sé que hay un par más acá en Chiclayo, pero en mi trabajo, hasta donde yo lo sé, la implementación que tengo en mi taller, es una de las únicas implementaciones en todo el norte, no hay en Trujillo, no hay en Piura, inclusive recibo instrumentos de Trujillo, de Piura y de la selva, no hay esa infraestructura, porque como todos, empezamos siempre en un escritorio, empezamos a tratar de hacer algo, pero cuando estás en un nivel profesional, necesitas estaciones de trabajo, una estación de trabajo para nivelar, otra estación de trabajo para calibrar y otra para soldar. Entonces, requieres ese espacio, lo requieres para hacer este trabajo, como tú me lo dices es artesanal, es manual, y lo necesitas, no es lo mismo colocar una guitarra en una mesa, que nivelar en una estación de trabajo donde esta recta, con el ángulo justo, donde lo mides todo y queda completamente bien, tu trabajo queda excelente, no es lo mismo, y sí, hay muchos que lo hacen desde su escritorio, pero siempre vas a llegar a tener algún tipo de problema, y no vas a llegar a esa perfección que deseas. Entonces, aquí en el Norte, tengo el único taller que sigue implementándose. 

Carlos: Y te buscan, eso es bueno. La experiencia que obtienes de estos 500 servicios te ayuda a forjar un prestigio. 
Luis: Sí, más de 500 servicios en todos estos años, y sobre todo un 40% de guitarras de alta gama, no hablamos de guitarras de gama baja y media, que también arreglo, hablamos de un 40% de músicos que me traen sus instrumentos de alta gama, donde requieres mucha experiencia, porque estás agarrando un instrumento que está hecho por Luthieres japoneses, pero normalmente son americanos y que ellos están en el top de la Luthería. 
Carlos: ¿Te han llegado instrumentos donde tienes que sacar "el sello de seguridad"? 
Luis: Sí, incluso tener un cuidado ultra, super cuidadoso, por ejemplo, que pegues una cinta que no sea la adecuada, te puedes volar un relic natural que cuesta 1.500 dólares; si no tienes las herramientas necesarias para nivelar puedes nivelar un lado más que otro; por ejemplo, hay un radio que es perfecto de 9, 10, 12 y por un lado puede quedar en 8 y otros 10, entonces no queda bien el instrumento, se malogra. Al final, el cliente ve en mis redes la calidad del trabajo que tenemos y confía un poco más en dejar sus instrumentos en mis manos para poder darles el mejor servicio. 

Carlos: Muchos de tus clientes son jóvenes, los tiempos van cambiando, cuéntanos ¿Crees que la gente comenzará a usar más instrumentos completamente electrónicos y los instrumentos acústicos se dejen de lado? 
Luis: Creo que es algo generacional, ahorita muchas bandas importantes del mundo están produciendo nuevos discos con nuevos sonidos, con más tecnología, por así decirlo. Están los fans que dicen: "oye, tu disco me suena muy plástico, muy sintético", contra otros que sí están de acuerdo en la música con más beats o algo así como secuencias; creo que están más enfocado a diferentes estilos musicales. El rock, el metal u otros géneros musicales no se podrían hacer con beats tecnológicos y todo eso, tenemos en el ADN que queremos escuchar el sonido de una buena guitarra, en un buen amplificador con unos pedales. Creo que no podríamos mezclar estos dos mundos, o sea, tendría que dejar existir el rock, por ejemplo, el jazz no lo podemos hacer con esto, el funky tampoco lo podemos hacer con esta tecnología, ¿podemos incluirla en nuestros proyectos?, sí podemos, pero creo que los instrumentos nunca van a dejar de existir más que evolucionar. Ahora, ves guitarras con tecnología, guitarras que tienen efectos incorporados, guitarras que se conecta automáticamente por bluetooth, guitarras que puedes manejar desde interfaces por el celular, guitarras modernísimas que están en este tema de la combinación, y hay músicos que optan definitivamente por esta opción. 

Carlos: Entonces, según lo que nos cuentas, ¿se puede decir que el género rock, con sus guitarras Ibanez distorsionadas, entre hambuckers y calibración de trastes, te enseñó más sobre la Luthería? 
Luis: Ciertamente, no sé si el género, pero creo que fue más mi pasión, yo soy un artista. Desde niño siempre he estado abocado al arte, a pesar de que mi familia nunca apostaba por el músico, fui criado a la antigua, donde los abuelos piensan que la música no te va a llevar a nada nunca, que tienes que ser profesional, que tienes que estar en la universidad, bueno, está bien eso, pero yo sentía en el camino que eso no era para mí; la universidad o encapsularme en algo, no era para mí. Más salió este lado artístico, lo de la guitarra, es bien artesanal, es bien artístico, y eso es lo que me hizo combinar ahora mi vida, mi negocio, lo artístico, con lo técnico. 
Creo que una cosa lleva a la otra, y en el mundo del rock, en ese mundo subte, descubres muchas cosas si realmente estás mentalizado. Si es que vas a tocar por tocar, no te va a importar nada, lo haces como un hobbie y bien; pero si lo haces técnicamente y quieres llegar a un punto, creo que sí te llevará a algún lado. La música en general creo que me llevó a descubrirme a mí mismo, y sobre todo como te dije hace un momento, a apostar; tengo mi familia y tenía un poco de miedo, pensaba “¿cómo los voy a mantener?”, porque no es algo como vender polos o el comercio, es un nicho muy exclusivo, y en una ciudad pequeña como Chiclayo, es un servicio más exclusivo aún. Entonces siempre había ese temor, pero después fluyó bien, y creo que la máxima demostración, es el éxito en el trabajo mismo que tu presentas, es la máxima recomendación, no puede haber más que eso. 

Carlos: Es genial lo que haces, porque ayuda de cierta manera al músico a subir al siguiente nivel de profesionalismo, y por ende al rock peruano. ¿Qué le aconsejarías a las personas que empiezan con sus bandas, a los profesionales, sobre el cuidado de su instrumento? ¿Qué les dirías a ellos por el bien del futuro del rock peruano? 
Luis: Bueno, lo primero que les recomiendo a todos y siempre se los he dicho, un instrumento en óptimas condiciones siempre te va a llevar a fluir en lo que vayas a hacer, siempre tienes que estar con la concepción de que un instrumento bien calibrado, bien seteado, te va a dejar fluir para que puedas tocar; si tienes una guitarra que está malograda, que se desafina constantemente, que tiene problemas en las cuerdas tensas, no te deja fluir. Entonces, esa es mi intención, en realidad he venido al norte para eso, para ayudar al músico de esta nueva generación local a que llegue al siguiente nivel. Yo creo que lo estoy logrando, creo que se están haciendo los músicos cada vez más compactos. Hago Luthería y también hago Guitar Tech. Estaba haciendo Guitar Tech hace poco con Dr. Changó, y ahora también con nuestros amigos de Kodigo Civil
El Guitar Tech es algo muy importante en la escena cuando estás en live, porque el músico cuando sube al escenario tiene que estar inspirado, tiene que estar concentrado, y a veces no te puedes enfocar mucho si tu instrumento está desafinado o descalibrado, de repente tu jack comienza a fallar y se mueve, es un problema, y no tienes a nadie que te pueda ayudar, si pides prestado una guitarra en ese momento, nadie te la da, entonces el Guitar Tech es ese agente que te soluciona ese problema en vivo. Por ejemplo, estás tocando y se rompe una cuerda, yo estoy ahí pendiente para habilitarte otro instrumento mientras cambió la cuerda que se rompió, o ver cuál es el problema en tan solo 3 o 5 minutos, lo que pueda durar una rola, antes que termine la canción la guitarra estará lista para pasártela y tú ni siquiera te preocupes en afinar, ni nada. Ese es el trabajo de Guitar Tech, darte ese support completo a los músicos, no solamente a uno sino a varios. Entonces esto lo estoy implementando en la escena ahora, para que en cierta manera el músico tenga ese nivel de profesionalismo, y que nos van a exigir en grandes escenarios, como en Lima o de repente al salir a Chile. Lugares cercanos como en Argentina, manejan otro concepto en vivo y ya no estarás tan perdido con un Guitar Tech al lado. Por eso , agradezco a los chicos de Kodigo Civil porque me dieron la oportunidad para hacer el Tech en Lima en este último concierto que habrá. Es más, el concierto requiere un técnico por cada banda, entonces es súper importante esto, regresar a Lima con algo a lo grande, algo que amo y sobre todo estar con bandas tan importantes, que definieron mucho mi estilo musical que tuve y que siempre pogueaba, desde el 2000, con bandas muy grandes como Por hablar, D'mente Común, es una felicidad. Creo que estoy logrando mis sueños, y vivir un sueño de este calibre es algo muy enriquecedor para la vida.



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